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Este sábado, por fin, saldé mi deuda con Almansa. Tenía una espina clavada con esta carrera ya que fué la única donde, hace años, tuve que abandonar. En esta edición todo parecía indicar que iba a ocurrir lo mismo ya que desde hacía semanas  el Soas no paraba de molestarme. La semana de la carrera fui comedida con los entrenamientos y preferí descansar la pierna para la carrera y arriesgarme  a ir con la base  que ya tuviera de antes…

Empezamos la carrera los 8 Poblats a buen ritmo ya que el ambiente del pueblo que se vuelca para animar y te lleva solo. Al cabo de un rato, la falta de entrenamiento empieza a dar señales de vida y siento que voy perdiendo fuerzas, me siento debil y la mente empieza a jugarme una mala pasada. La idea de abandonar me ronda y se me nota en la cara. Tiendo a acelerar y voy forzando demasiado, escucho a Jose Carlos que me avisa.  Enseguida Ximo, Quique, Jose Carlos y Fernando, empiezan a animarme con bromas y animos, enseguida noto que se me va pasando, además justo empieza a caernos el diluvio universal encima, como una ducha de agua fría, calados hasta los huesos, y me rio por dentro. Ya estamos a la mitad, ahora ya es la segunda vuelta, en cada sitio me digo que es la ultima vez que pasamos por ahí, me dedico a disfrutar del ambiente, el olor a lluvia, la música de los tambores, la gente animando…
De repente nos encontramos con Jordi que nos esperaba, y vamos en grupo, una piña. Voy rodeada de los mejores, orgullosa de pertenecer a este club: todos dejaron sus marcas y sus tiempos ese día para ir juntos. La segunda parte de la carrera para mi fué como dice Fernando «un paseo en barca», una barca en la que los Poblats me llevaron remando e hicieron que disfrutara de la carrera como nunca. Entré con una felicidad que no se puede explicar con palabras por la meta, todos juntos… como el equipo que somos.
Ali
Video de la entrada en meta Media Maratón de Almansa

Km. 6. Jose Miguel, Jordi y Mariano abriendo el paso…

… a la guardía pretoriana!

 

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